07 octubre 2008

La culpabilidad de los bancos

La primera víctima del pinchazo inmobiliario fue Llanera, cuyos administradores concursales argumentan en su informe que la banca llevó a la inmobiliaria al borde del precipicio financiando operaciones de compra de suelo por encima del valor real: «La compañía acabó entrando en concurso tras una arriesgada estrategia de compra de suelo no urbanizable, cuyo desarrollo exigía largos plazos de tiempo, combinada con una financiación a corto plazo. Esta política empresarial acabó con una deuda de más de 700 millones de euros y con la imposibilidad de la inmobiliaria de atender sus pagos.» El artículo publicado en Cinco Días expone más detalles del informe concursal.

El informe de la administración concursal destaca como origen de la crisis de Llanera, "las fuertes inversiones en suelo, en su mayor parte rústico, adquirido a precios no acorde con dicha clasificación, ya que en el mismo incluía el valor de las perspectivas urbanísticas, o sea, inversiones de futuro sujetas a factores externos como la recalificación del suelo". Esta línea de actuación, que los administradores concursales califican de "alto riesgo", se apoyó en su práctica totalidad en préstamos bancarios. "En 2005 y 2006, de cada 100 euros invertidos en el activo, 9 estaban financiados con fondos propios y 91 con fondos ajenos. En 2007, el 100% con fondos ajenos", subraya el informe concursal de Llanera.

Resulta evidente que sin el apoyo de los bancos, Llanera no hubiera podido desarrollar su plan estratégico. "Las entidades financieras en los años 2004, 2005 y 2006 facilitan e incluso participan en las operaciones de adquisición de suelo, facilitando financiación a las promotoras, incluso conociendo que las operaciones financiadas estaban sujetas a hitos urbanísticos [la recalificación] y por consiguiente no adaptado su valor a la realidad de su clasificación urbanística en el momento de su adquisición", afirma el informe concursal, que añade que esta situación se daba tanto en Llanera como en general en el sector inmobiliario. "El fácil acceso al crédito propicia que las compras de suelo alcancen un elevado volumen", señalan los administradores.

Los bancos que prestaron el dinero a Llanera conocían el riesgo que estaban adquiriendo, "ya que si el vencimiento de los créditos se producía antes de que se alcanzaran los hitos urbanísticos, se originaba un desfase financiero". Ese desfase -Llanera no tenía casas que vender- acabó ocurriendo, ya que la mayoría de préstamos eran a corto plazo. Para entonces, principios de 2007, el crédito ya empezaba a contraerse y Llanera se encontró con la negativa bancaria a renovar los préstamos y las pólizas de crédito.

"Los administradores de Llanera critican la actuación de los bancos". Cinco Días (06/10/2008)

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