23 marzo 2004

Desahucios

Recientemente el caso de Rosario Piudo, una anciana de 86 años, saltó a los medios. Era desahuciada de su vivienda debido al impago, por error, de 39 euros al propietario. El mal estado del piso y la injusta resolución judicial nos muestran que está a la orden del día el fenómeno del acoso a los inquilinos para que abandonen sus viviendas, sobre todo cuando los inmuebles en cuestión se ven favorecidos por la especulación y la construcción en los cascos antiguos de las ciudades. El siguiente reportaje plantea también los problemas de los propietarios, olvidándose quizás de la gravedad del problema social de inquilinos como esta anciana que pierden un hogar y no tienen ingresos para buscar uno nuevo: «A la historia no le falta ni un solo ingrediente de cuantos subyacen en la problemática del alquiler en nuestro país: inquilinos que no pagan –porque no quieren o porque no pueden, y en el caso de Rosario por una equivocación tras un enfado– y propietarios que, o bien sólo esperan percibir su renta sin problemas, o que desean disponer de un edificio o vivienda alquilados con renta antigua para sacar una rentabilidad acorde con el mercado.» «¿Cuáles son los límites para desahuciar a un inquilino?».

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