17 julio 2004

Urbanismo sostenible

La vivienda como necesidad social y no sólo como argumento que respalde el ilimitado crecimiento de la nueva construcción. Luis Zarapuz y Miguel Angel García: «Muchas personas y familias no pueden acceder a una vivienda digna, ya sea en compra o alquiler o, como mal menor, soportan un elevado endeudamiento extendido a buena parte de su vida. Esta situación puede cambiar con la puesta en práctica de una política distinta a las aplicadas en las últimas décadas que sustituya el vigente modelo de "expansión constante de la ciudad" por otro basado en un urbanismo sostenible a largo plazo, concebido y tutelado desde la iniciativa pública. Una opción compleja, no obstante, conocidos los grandes intereses adheridos a la construcción residencial y el uso del suelo. Para mejorar las condiciones de acceso a la vivienda, como bien básico de primera necesidad, hay que articular medidas sobre el parque de vivienda ya existente.»

«La actuación preferente debe dirigirse a "poner en el mercado" el mayor número posible de las viviendas desocupadas, fomentando igualmente la rehabilitación de todas las viviendas que lo necesiten, vacías o no. El eje transversal de actuación, tanto en las viviendas ya existentes como en las de nueva construcción, pasa por potenciar el alquiler como alternativa real y competitiva frente a la compra. (...) La rehabilitación de viviendas y la recuperación y potenciación de los centros urbanos abandonados y de periferias degradadas debe ser prioritario. (...) Igualmente se deben elevar las ayudas a la rehabilitación de viviendas que posteriormente se vendan o alquilen a precios asequibles. Se trata de reorientar el esfuerzo de gasto público hacia la rehabilitación, frente a la nueva construcción, lo cual por otra parte garantiza también un ritmo de actividad del sector constructor, no confundir con otros negocios relacionados con la construcción.» «Otra política de vivienda para un "urbanismo sostenible"»

14 julio 2004

Sobran casas

El stock de vivienda está creciendo en los últimos meses. Así lo cuenta un confidencial de "Su Vivienda". De la sequía de «stock» de vivienda al busque y compare... porque se puede: «Entre la prometida desaceleración de los precios que algunos no terminan de apreciar y ciertos mensajes emitidos por el Ministerio de Vivienda que han venido acompañados de una buena dosis de incertidumbre, muchos potenciales compradores de casas se han quedado precisamente en eso: en potenciales clientes. «Cuando no les urge mucho la adquisición, prefieren esperar a ver qué pasa», aseguraba hace unos días un promotor especializado en primera y segunda residencia. Si esta tendencia a la contención se traduce en números y se le suma la variable del ritmo imparable de la construcción, la ecuación resultante arroja un importante incremento de oferta no absorbida. «En el término municipal de Madrid, por ejemplo, había un stock de 3.000 unidades en enero de 2004. En los próximos meses esta cifra alcanzará entre 10.000 y 12.000 viviendas», señalaba el mencionado empresario, que está convencido de que a partir de ahora será más importante que nunca marcar diferencias con el resto.»

07 julio 2004

Las desgravaciones por compra de vivienda

El asesor económico de Zapatero, Miguel Sebastián, sostuvo en una conferencia que no quitar la desgravación fiscal a la vivienda en su momento fue un error, pues se contribuyó con ello a la formación de la burbuja. Esta tesis es discutible, cuanto menos habría que matizar diciendo que la fiscalidad favorable fue sólo una más de las variables que influyeron en el 'boom' inmobiliario. Ocurre además que la afirmación no es demostrable, claro. Pero ha originado que las desgravaciones aparezcan como un posible pilar de la política de vivienda del Gobierno. Actuar sobre la demanda, quitando las desgravaciones sin más, no parece muy conveniente. Juan Francisco Martín Seco critica el simplismo de culpar a las ventajas fiscales de la fuerte demanda de vivienda. Pero propone un cambio dirigiendo los recursos que se van en el IRPF hacia otras actuaciones directas, más vinculadas a las necesidades de quien no puede acceder a una vivienda:

«En lo que el Miguel Sebastián puede tener razón es en la conveniencia de eliminar la desgravación, pero en ningún caso para dedicar menos recursos a esta finalidad social y por consiguiente para debilitar la demanda, sino para canalizar las ayudas públicas de una forma más objetiva y directa. Casi todos los que hemos tenido responsabilidades en materia fiscal hemos considerado que la manera en que se venía instrumentando la protección a la vivienda no era la adecuada. Si se hubiese dedicado la cantidad de dinero que absorbía la deducción tributaria a políticas directas, el resultado habría sido mucho más eficaz. Dos graves inconvenientes posee este gasto fiscal. El primero, su carácter regresivo. Se aplica a cualquier contribuyente sea cual sea su renta; es más, aquellos con ingresos más elevados son también los que pueden desgravarse en mayor cuantía. En segundo lugar, la enorme propensión al fraude. La Administración tributaria es incapaz de comprobar su veracidad, lo más que puede controlar es la existencia del crédito hipotecario.» "La desgravación fiscal de la vivienda".

02 julio 2004

Desaceleración o algo así

Fernando González Urbaneja: «Los precios inmobiliarios muestran crecientes síntomas de fatiga. Hay un indicador indirecto: la presencia de carteles con “se vende” en las fachadas durante períodos crecientes de tiempo. Quienes se instalan en la zona alta de la pretensión de precio notan déficit de pretendientes, debilidad en la demanda que propone condiciones cada día menos atractivas para el vendedor. Otro indicador más relevante lo proporcionan las casas de tasación, que operan con encuestas efectivas y datos reales con muestras muy amplias de la tendencia de los precios. Las últimas acreditan que la carrera alcista ha pisado el freno aunque no se haya detenido. Los datos últimos para el año (junio sobre junio) reflejan un incremento medio de los precios por debajo del 14%, que contrasta con el 18% registrado a lo largo de los últimos trimestres. A medida que salgan de las series de datos los meses o trimestres más alcistas las cifras caerán a tasas cada vez más cercanas a las de la inflación. De hecho la tendencia de los últimos meses está más cerca del 5%, en términos anuales, que de los dos dígitos.» "Fatiga de precios en los pisos".